martes, 12 de enero de 2010

Grupo de Trabajo por Derechos Colectivos hace un urgente llamado de alerta por situación de Derechos Humanos en Villa la Angostura (Argentina)


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GTDC hace un urgente llamado a las diferentes instancias de Derechos Humanos a “atender” los hechos que vienen ocurriendo en Villa la Angostura por las sistemáticas violaciones a los derechos que se vienen cometiendo por parte de ciertas autoridades y poderes empresariales en el marco de las reclamaciones por reparación de tierras ancestrales que exigen las Comunidades.

Asimismo, hizo un llamado a las autoridades argentinas tanto local, provincial y central, para que, se establezca inmediatamente el uso de la razón y se asuma, la utilización de los mecanismos que establecen las normas internacionales (Declaración ONU y Convenio 169) para la solución efectiva y pacífica de conflictos y conminó, a que se terminen las practicas racistas, de criminalización, persecución, hostigamiento y violencia en contra las Comunidades Mapuches y en contra de quienes solidarizan.

DECLARACIÓN GRUPO DE TRABAJO POR DERECHOS COLECTIVOS

El genocidio, el colonialismo, los intentos de asimilación, el racismo y discriminación estructurada e institucionalizada por los Estados Argentino - Chileno e invasores en el territorio del Wallmapu en lo que se ha denominado “Campaña del desierto” y “Pacificación de la Araucanía”, respectivamente, con absoluto desprecio por la vida y la diversidad, ha sido la tónica desde finales del siglo 19 hasta nuestros días, con diferencia de grados y matices, pero siempre atroces.

Villa La Angostura, pequeña localidad cordillerana en Puelmapu, Argentina, aún vive ese corte racista y negación institucionalizada en su municipio que niega la existencia de los Mapuches en la zona, a pesar que las comunidades son pre-existentes a los estados y cuyo origen se remonta a miles y miles de años. Villa la Angostura es un ejemplo del feudo colonialismo estanciero que fomenta el racismo.

Villa La Angostura originalmente fue una parcela de la Colonia Nahuel Huapi, cuyas tierras fueron reconocidas a una familia mapuche por el gobierno argentino ya en 1902. En diciembre, un inversor norteamericano echó a sus descendientes y destruyó sus casas.

Por nuestra parte, recogemos el pronunciamiento de la Confederación Mapuche de Neuquén sobre los hechos que vienen ocurriendo y por lo que se ha señalado, no es posible seguir concibiendo, con todo el daño histórico causado, permitir mayores abusos y violencia en contra de las Comunidades. La Comunidad Paichil Antriao, despojada de su territorio, legítimamente en el presente viene exigiendo la restitución de tierras ancestrales, por tales motivos, hacemos un urgente llamado a las autoridades de tipo local, provincial y central, para que, en base a los graves hechos de violencia ocurridos en la Angostura, se establezca inmediatamente el uso de la razón y se asuma, la utilización de los mecanismos que establecen las normas internacionales (Declaración ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la OIT) para la solución efectiva y pacífica de conflictos.

Del mismo modo, conminamos a que se terminen las practicas racistas, de criminalización, persecución, hostigamiento y violencia en contra las Comunidades Mapuches y en contra de quienes solidarizan y se les respete de manera plena, la condición de defensores de Derechos Humanos.

Es importante destacar que, los conflictos generados en el presente, no son causados por las comunidades Mapuches sino son el resultado de un proceso genocida, excluyente, racista, colonial y de enajenación del territorio ancestral del Pueblo Mapuche. Por ello, se hace fundamental el reconocimiento y valoración y el fin a políticas represivas, que tanto daño han causado.

Finalmente, hacemos un urgente llamado a los diferentes organismos internacionales de Derechos Humanos, a las organizaciones sociales, a estar atentos con lo que ocurre en algunos puntos de la argentina, porque, al igual que en Chile, se están violando sistemáticamente los Derechos humanos y se están transgrediendo una serie de obligaciones de los estados central y provincial, particularmente, sobre la reposición de tierras ancestrales y el reconocimiento pleno de los derechos. En ese contexto, se hace un deber exigir que se ponga fin a las maquinaciones y montajes que algunos sectores de la sociedad empresarial y colonialista de argentina viene haciendo.

Por el Grupo de Trabajo por Derechos Colectivos (GTDC), suscriben,

- Sergio Millamán

- Alfredo Seguel

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